Viernes, 5.30 de la tarde, una rica albercada con unas amigas y sus niños en petit comité.
Mi hijo con flotis jugando con un carrito alrededor de la alberca. Ya había probado sus nuggets con catsup y papas, todo muy bien…
Y lo que sigue pasó en cuestión de segundos: se quitó los Crocs, se subió a la barda de la alberca y se aventó al agua… ¡sin flotis!
Va de nuevo: yo comiendo a 10 metros en la palapa sin quitarle el ojo, el jugando feliz con un carrito, como acaba de comer estaba sin los flotadores. Veo que se quita los Crocs…, le doy una mordida a uno de los taquitos que me sirvió mi amiga… de nuevo volteo a verlo… ¡no está!… ¡Veo unos brazitos moviéndose dentro de la alberca!, salto de mi silla y corro a zancadas hacia la alberca más lejana de mi vida, llevo la comida dentro de la boca, siento que no llego y solo veo mis Crocs volar, bajo los siete escalones que dividen la palapa del área de la alberca, mi traje de super héroe: pantalones kakis y camiseta blanca, vuelo la bardita y antes de caer en el agua azul veo flotar a mi hijo manoteando con cara desesperada (así lo ví yo) ¡y splash, al agua yo también! cuando lo tomé entre mis brazos lo que hize fue levantarlo como «el Rey León» cuando lo presentan en sociedad, ¡lo único que quería era que respirara!
Caminé hacia la orilla de la alberca, arriba ya estaban mis amigos con cara de nervios y asustados, ¡Dios, es que en segundos pasan las cosas!, me ayudaron a sacar al niño, me ayudaron a salir a mí, el tosiendo y yo hecha una sopa. El esposo de mi amiga se agarró con mi hijo a tranquilizarlo y ver que estuviera bien y mi amiga conmigo tratando de sacarme del shock y de plano obligándome a llorar porque fué una impresión muy grande.
Ellos dicen que vieron que mi hijo estaba «flotando», vaya, que la seguridad que le dan los flotadores le ayudó precisamente a eso, a «flotar», claro que eso no sería eterno y si no llegaba yo a sacarlo el se hubiera hundido porque no sabe nadar muy bien… lo pienso y se me revuelve el estómago de miedo, las tragedias ocurren en un segundo y en los momentos más inesperados… y sí, allí estábamos pasando la tarde muy a gusto sin imaginarlos nada.
Mientras yo seguía en mojada, en shock y soltando lágrimas, me trajeron al peque para que viera que estaba bien y le pedí que no se volviera a meter a la alberca sin sus flotadores, todo esto sin regañarlo y tratando de verme tranquila. Acto seguido le pusimos sus flotis y al agua de nuevo para que no le tomara miedo (esa recomendación me dieron).
Y aclaro:
SI lo estaba cuidando.
SI lo observaba a cada momento.
SI había supervisión de las otras mamis allí presentes.
¡SIEMPRE-VIGILAR-A-LOS-NIÑOS-EN-UNA-ALBERCA-SIEMPRE!
Como anécdota, mi hijo es el tercer niño que me toca «salvar» de una alberca: el primero fue mi hermano, quien con dos años y yo con diez, lo vi aventarse a la alberca mientras todos comíamos, ni un segundo lo pensé y de la misma forma que saqué a mi hijo lo saqué a él. Ahí sí traía yo traje de baño 😉
La segunda fue con una niñita desconocida, estábamos invitados a una albercada igual y para variar yo junto a la alberca comiendo con mi mamá y mis hermanos, volteo y veo a la niñita manotear y al agua patos, mi segundo rescate, en ese entonces yo tenía como 14 añitos…
Y ya de último ahora mi peque, en fin, cuentos para la historia…
Foto vía
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Gracias amigas por sus amables comentarios =)
Me imagino el susto, debe ser tremendo, pero creo que hiciste bien con pedirle que se metiera nuevamente ya que de otra forma.. llegan a nacer las fobias que perduran durante toda la vida.
ay any me dejaste temblando de la impresion, lamentablemente los accidentes pasan pero devemos estar mas que abusadas cuando estamos en albercas o lo que sea,
hijole cuando pasan cosas asi uno siente que enves de caminar para adelante vas para atras que horror,.
ami ya me paso y es horrible pero gracias a dios solo
fue un susto any..
saludos y abrasos!!
si que hay que andar asi con ojos por asta por la espalda, te cuento que ami me paso con Dany y con todo y salvavidas traía de esos en donde se meten los piecitos, me imagino que se hecho un mega brinco desde un escalón del chapoteadero y cuando voltee estaba patitas arriba y medio cuerpo sumergido, total que asi como tu corrí y sientes que no llegas al final un sustazo pero nunca es suficiente para prevenir que nuestros chikos hagan otra de las suyas¡¡¡
QUE SUSTO! Cuando te das cuenta de lo que esta pasando son esos segundo que parecen eternos hasta que lo tenes en brazos y a salvo.
ay mi madre! q susto! por suerte no fue mas q eso. Eres una super mami!
besos
Ay que sustooo!!! Efectivamente, tantas cosas pasan en poquitos segundos, GAD que ya tenias dos ensayos previos y que cuando tocó que fuera tu hijo ni lo dudaras, ya sabias que hacer.
¡Huy Any qué gran susto pasaste! Gracias a Dios no pasó nada grave. Vos tenés razón, los accidentes con los niños pasan en milésimas de segundos, por más que uno esté pendiente, es inevitable no tener sustos.
Any que susto se llevaron, como bien dices los accidentes pasan en un parpadeo y no los puedes evitar, pero tu reacción fue de lo mejor. Yo no me imagino en tu lugar por que no se nadar 🙁
un fuerte abraso Any
estoy temblando como tonta. yo no se nadar y x ese motivo, no me acerco con Sofia a una alberca NI QUE ME PAGUES.
y las veces q hemos ido a la playa, me encargo de q F no se separe de ella (el si sabe nadar).
y tienes razon, por mas q los esten viglando, en un parpadeo, pasan estas cosas.
un fuerte abrazo «saca sustos» para la mama!!!!