El miedo al dentista comienza desde pequeños. El sonido de los movimientos del taladro, acompañado de «la silla de tortura» con una bandeja de instrumentos bucales que pueden hacer daño, son el producto de una imaginación viva que debemos borrar de la cabeza de nuestros chicos, por lo que hay cuatro puntos que debemos valorar.
La dentición y el dolor: Muchos niños asocian los dientes con el dolor. La dentición y perder los dientes puede ser un proceso doloroso, pero no debería ser un proceso asociado a la atención dental mala. El dentista de tu hijo debe ser tu socio y juntos, pueden hacer que sea una experiencia de orgullo y crecimiento, en lugar de dolor y la pérdida.
La falta de control: Los niños necesitan saber que ellos tienen el control de su salud dental, si ellos no entienden que tienen las habilidades para mantener sus dientes sanos, van a temer cada viaje al dentista.
Sala de pesadillas: Ningún niño estará relajado a la espera de un médico o dentista en una sala estéril de espera para adultos . Las salas de espera deben ser tentadoras para tu pequeño. Ellos deben ser capaces de animarse a tomar los juguetes allí, dejar escapar su mente fuera de cualquier miedo inventado.
Dentistas no preparados: Los dentistas generales están entrenados para hacer frente a los dientes, no a los niños . Los dentistas pediátricos están más preparados para los niños que un dentista general. Se recomienda en todo caso elegir un odontopediatra, que es el especialista en niños.
No dejes solo a tu hijo cuando esté en revisión para que sienta que está apoyado por mamá o papá en este momento tan temido por él.
Publicado en Tabasco Hoy, lee la nota AQUI
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