Querido Santa:
Soy Any, la mamá de alta demanda. Hace mucho tiempo que tú y yo no hemos charlado, debido a que los últimos años mis hijos son los que han abarcado tu atención. Pero hoy, en esta Navidad, te escribo esta carta para platicarte cómo va todo.
Para empezar quiero darte las gracias por el regalo de la salud que le has otorgado a mi familia. No han faltado una gripe o tos de las que es muy difícil salvarse en el año, pero nada que no se componga con un jarabe que poco a poco aceptan tomar sin hacer tanto berrinche como antes. Ya que de salud hablamos, te pido por la salud de mi abuelo.
Él está en el hospital y su situación es muy delicada. Así que mi petición va para el padre de mi padre, de quien admiro su espíritu trabajador hasta edad avanzada. Ya casi está por cumplir 90 y justo estaban por jubilarlo cuando cayó enfermo.
El siguiente regalo que te pido tiene que ser en exceso. Quisiera que el tema del dinero fuera fluido para todos, pero no te pido que le regales una bolsa de dinero a nadie, lo que deseo es que el dinero se vea reflejado en el trabajo arduo, para que así el pago sea efectivo. Intercede para que mi familia, amigos y conocidos tengan mucho trabajo, que a la par les den lo que merecen y haya equidad para todos. Anoche mi hijo me preguntaba por qué no había dinero para todos, así los ladrones no tendrían que robar.
¿Sabes Santa? Se me hizo un nudo en la garganta. Sí, quisiera más trabajo para todos, y así no temer que un ladrón quiera de nuevo entrar a mi casa y robarse las cosas que compramos gracias a nuestro esfuerzo.
Mi tercer deseo, seguro tienes una idea de qué es. Quiero mucho, mucho, mucho amor. Para mí, mis hijos y seres queridos. Inúndame con ese sentimiento para poder amar a mis hijos sin medida, abrazar más seguido a mi familia, elevar la amistad con mis amigos. Mucho de todo lo bueno que hay en este mundo se mueve gracias al amor, así que ese regalo o bendición debe ser el que abunde en este hogar que levanto junto a mis niños.
Gracias Santa por tomarte tu tiempo para leer esta carta que te escribo desde la tranquilidad de mi casa, mientras mis niños están en sus últimos días de escuela antes de salir de vacaciones. Gracias también por todos los regalos que me hiciste llegar cuando niña; los recuerdo con tanto amor. ¡Incluso cuando después de dejarlos bajo el árbol no cerraste la puerta! Gracias por ser parte de la ilusión de mis hijos, mía y de todos los niños del mundo. ¡Que tengas buen viaje, nos leemos el próximo año!
Besos, Any.
P.D. Tus galletas y vaso de leche estarán listas bajo el árbol.
Post escrito por Any Fuchok y publicado originalmente en Disney Babble Latinoamérica.
Foto Any Fuchok.
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