equilibrio
Así nos manejan el significado de equilibrio. Yo sigo en la constante de encontrarlo para satisfacer mis necesidades propias de mujer, madre, hija, hermana, amiga y profesional. Y es trabajo de todos los días, a veces tan frustraste y cansado que queremos tirar la toalla, otros días las cosas fluyen tan fácil que la felicidad la transpiramos y contagiamos a los demás en nuestro entorno. ¿Pero como hacerle? no hay fórmula mágica que nos diga a las madres como trabajar de malabarista con tantas responsabilidades que nuestra profesión lleva implícita! Nos apoyamos con la experiencia de otras madres, las de ayer y las de hoy, quienes con sus consejos nos hacen tomar un mejor camino en nuestras decisiones.
En todos los aspectos se nos exige al 100%, tenemos que dar lo mejor de nosotras, nada de descargar lo negativo en una de las partes o el desequilibrio viene y nos descompone todo, y ¡oh cielo santo, a levantar todo el tiradero con más trabajo!
Ser mujer de alta demanda: el esposo, con quien hemos compartido buenas y malas, con quien nos hemos peleado y amado tantas veces, ese compañero de vida al que escuchamos cuando llega estresado a casa con sus preocupaciones del trabajo, el que quiere comer esa comida favorita que solo tú le haces, el que quiere un apapacho nocturno aunque estemos muertas de cansancio, al que muchas veces se convierte en nuestro hijo mayor, y que aún con los horarios mal torcidos por el trabajo lo seguimos amando y admirando como al principio. ¿Recuerdas cuando te regaló las primeras flores? Con él tenemos que buscar el equilibrio.
Ser mamá de alta demanda: los niños, tu corazón completo lo tienen en sus manos. Verlos crecer, cambiarles el pañal sin el mínimo asomo de asco, quitarles los mocos de la nariz es rutina diaria, jugar carritos y muñecas, leerles libros, enseñarles a orar, secarles las lágrimas, besarles las rodillas raspadas, volver a aprender las sumas y restas, trazar las vocales con carmín rojo, que se te encoja el alma cuando en vez de decir «logotipo» diga «mogotipo» o cuando confunde «locomotora» con «tococomotora», te das cuenta la gran responsabilidad que te dió Dios al poner a tu cuidado a estas personitas que no hacen más que ver por tus ojos, y que no aman a nadie más que a tí. Y también con ellos, mantener el equilibrio.
Ser hija de alta demanda: ¿quien te ha enseñado a ser lo que hoy eres?, ¿de quien no quieres repetir los mismos errores con tus hijos? ¿quien es la primera que te llama cuando tus chiquitos están enfermos? de quien es la comida mas rica que has probado? ¿quién te dá los mejores consejos sobre la vida marital? Creo que la mayoría podrá contestar «mi mamá». Y no es que ella sea perfecta, porque muchas veces nos enoja una actitud o acción y pensamos: «¿como es posible?», ¿pero saben que? esa mujer imperfecta es la que nos mandó Dios, y las que nos ama sin condición, esa mujer es nuestra madre, y con ella también tenemos que lograr un equilibrio.
Ser hermana de alta demanda: como no pensar en nuestros compañeritos de la infancia, de esa niñita con la que compartías las Barbies, con las que te prestabas la ropa, ¡con la que con sin su ayuda no te hubieras podido escapar a la disco! o que tal, ese niñito que le gustaba bailar y cantar, y que tu como hermana te sentías tan orgullosa de verlo crecer tan sano y feliz, esos hermanos y hermanas con los que crecimos y que ya están haciendo su vida, que también son padres en búsqueda de la felicidad en el camino que ellos mismos se labraron. Aún con sus nuevas familias ellos son parte de tu primer círculo, con los que aprendiste valores y con los que compartirás sangre hoy y siempre. Encontremos el equilibrio con nuestros hermanos.
Ser amiga de alta demanda: Muchas veces tenemos la suerte de contar con ese alma gemela que no es de tu familia pero a la que quieres igual, en otras el cariño es tan grande que las familias acaban conviviendo y se forma otra gran familia, ¡una felicidad más grande! Amigos y amigas a lo largo de la vida que han estado contigo en la situaciones más adversas o las más divertidas y que cuando las ves y se dan un abrazo sientes como si lo hubieras visto ayer y la plática fluye tan normal y tan agradable que piensas: «¿como es posible que no nos veamos tan seguido?». Con estos hermanos que tú elegiste debemos seguir manteniendo el equilibrio, ¡es sano y reconforta!
Ser profesional de alta demanda: ¿tanto quemarte las pestañas estudiando para no ejercer? ¿tanto trabajar para no poder darte un gusto de ves en cuando? sí se debe y sí se puede. No somos robots ni burros de carga para estar todo el día trabaje y trabaje. Debemos tomarlo de forma positiva. Con la economía actual el que una madre trabaje se convierte en un GRAN apoyo para la mejoría familiar, llevar sustento y sentirnos que hacemos lo mejor por y para ellos es el gran aliciente que nos hace seguir adelante en este empeño. Y sí, el equilibrio es básico.
Somos millones las madres en el mundo que buscamos equilibrar todos estos aspectos para sentirnos plenas, que estamos cumpliendo y trabajando codo a codo junto con nuestra pareja para llevar muy lejos esta empresa en común que se llama Familia.
¿Tú como equilibras? ¡Comparte tus tips con otras madres!
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Gracias chicas, que lindas =)
Hola Any, acabo de leer lo que pusiste en twitter sobre tu esposo, no se lo que sucedió, pero quiero enviarte mucha fuerza, en todo este tiempo que te he estado leyendo (Desde que nació Ana Carolina) has demostrado ser una gran madre y una gran mujer. Vos sabes que tienes la fuerza suficiente para tomar cualquier decisión, y que Dios siempre te va a guiar para que no te equivoques.
Todo en la vida sucede por algo, y aún de los momentos más duros, se puede sacar provecho y aprendizajes, por tanto, que lo que sea que te esta pasando, te ayude para crecer y aprender.
Sos una gran persona, y junto a tus hermosos hijitos puedes atravesar lo que sea necesario.
Mucha fuerza y energía!
Un abrazo super apretadito desde Uruguay!
Pili.
Me encanto tu post!…me senti tan identificada. Saludos Any!