La mejor lección que mi mamá me dio

Y ya son casi siete años que ostento el título de mamá, en mi caso mamá de alta demanda. No sabía cómo sería el trabajo que obtuve un 28 de abril hasta que tuve a mi pequeño hijo en brazos y supe que no había vuelta de hoja, no sabía como manejar a ese bebecito que no pesaba ni tres kilos y que solo quería estar pegado a la teta, pero en casa tenía un ángel que me ayudó a tener una perspectiva dentro del miedo natural de primeriza pero a la vez matizado con confianza, paciencia y amor, ese ángel fue mi mamá.

¿Cuántas de nosotras no cuestionamos el método de crianza de nuestra progenitora conforme vamos creciendo? ¡Vamos! No tienes que decirlo en voz alta, es solo mientras lees este post, y yo ya lo dije en el sumario, ¡yo sí me enojaba mucho por algunas formas de actuar de mi mamá hacia mis hermanos o hacia mí, y ella lo sabe!

Este no es un artículo donde expondré lo que en su momento consideré sus errores, más bien es una forma propia de crecer y de ver en un espejo lo que me espera cuando mis hijos crezcan y consideren que hice algo mal y que ahora mismo hago con esmero… que dicen que la vida es un boomerang…

Mi mamá, tu mamá, tu abuela, tus tías… todas las señoras que nos llevan por lo menos dos generaciones atrás criaron de una manera muy diferente a sus hijos, que nosotras las que nos consideramos mamás modernas ¡o vaya! de la era moderna, criamos a los nuestros.

Ya existen fuentes confiables

Nosotras, las mamás entre los 20 y los 40 años hemos tenido una serie de avances tecnológicos que nos han permitido informarnos para hacer una mejor crianza, sabemos que la lactancia materna es la mejor opción para el recién nacido y que podemos ofrecerle el pecho a nuestro hijo de forma natural hasta los dos años sin problema alguno y esto recomendado por la Organización Mundial de la Salud, ¡no es un invento mío!

También sabemos que si abrazamos a nuestro hijo cuando llora no se va a “embracilar” o se va a “malcriar” como todavía dicen algunas abuelas y es que, ¿qué madre no quiere consolar a un hijo que llora?; conocemos a las Doulas, esas maravillosas mujeres que te llevan de la mano a un encuentro natural con el parto, brindándote la confianza y calidez que necesitamos en uno de los momentos más importantes de nuestras vidas; conocemos sobre el porteo, el respeto al parto, el respeto a las creencias de cada madre quienes con todo su amor crían como consideran que es mejor a sus hijos.

Las madres de hoy sabemos de estos y muchos otros temas gracias al internet y sus webs de madres como Disney Babble, también a las revistas, libros, programas de televisión dirigidos a las familias y su entorno.

La mejor lección que mi madre me dio, me hizo comprender que todas las madres crían con amor con los recursos que tienen a su alcance. Me quedó claro cuando sin darme cuenta le hablaba de todos estos temas que ella desconocía y que yo había aprendido a lo largo de mi primer embarazo, de las cofradías con otras madres en la web y amigas con hijos a mi alrededor, revistas y libros a elegir.

Y mi mamá me dijo…

Ella me dijo: “hija, cuando tu naciste no había toda la información a la que tienes acceso, yo te crié como mejor pude en ese momento. Por eso, tu que sabes, no debes cometer los mismos errores que yo, así que deja de regañar a tus hijos”, fue como una bofetada, justo me lo dijo en un momento de falta de paciencia hacia mis pequeños hijos que no recuerdo porque me hicieron enojar en ese momento.

Ni todos los libros o talleres de “Crianza con Apego” te convierten en una madre modelo, si bien aprendes toda la teoría, el reto a cumplir es la práctica y ejercicio diario de toda esta maravillosa enseñanza. Aunque en realidad, hoy con mi experiencia de madre y con más experiencia de hija, siento que mi mamá sin saberlo también nos crió con apego, como yo lo hago, como tú lo sabes y como muchas otras madres lo hacen de corazón sin haber leído antes sobre ello.

Hoy solo puedo decir: ¡Gracias mamá!

Foto vía

Post escrito por Any Fuchok y publicado originalmente en Disney Babble Latinoamérica.

¡Sí­guenos en Facebook! Da click aquí Mamá de Alta Demanda.