Cuando tenemos hijos pequeños y están en la etapa en que ya no usan pañal, parece que les gusta conocer todos los baños públicos de las plazas, restaurantes, tiendas o parques en el lugar que estemos. Eso genera en las madres mucho estrés considerando que el uso dado a esos baños y las bacterias que allí se encuentran.
“¡No hay baño más limpio que el de casa!”, es lo que les repito a mis hijos, “¿Y el de casa de mi abuelita?”, pregunta la menor, y le digo que ese también. El punto es que desde pequeños tenemos que crearles conciencia a nuestros hijos que los baños públicos son para urgencias, si pueden aguantar un poco y ya están cerca de casa aunque mamá se tenga que apurar.
Tarde que temprano llega ese momento de urgencia, cuando los niños nos acompañan a las compras y empiezan con un “¡mami pipí, mami pipí, mami pipí!”, y a movernos con el carrito lleno de víveres a la puerta del baño. Nos hacemos las fuertes y buscamos el más limpio para nuestros pequeños, ante la necesidad que presentan en ese momento.
Ideas que ayudan
Algunas mamás traen consigo asientos plásticos infantiles que se ponen sobre el wc, otras cubren al área con papel higiénico o limpian con toallas húmedas. En ocasiones las más prevenidas andan con un desinfectante en spray para rociar el área donde se sentará el niño, lo importante es evitar el contacto directo en las pompis de los chicos.
¿Pero qué pasa cuando somos las mamás las que tenemos que ir al baño público y estamos solas con el bebé? En mi ciudad hubo una situación de una mamá que tuvo que ir sola al baño y le tuvo que dar a su bebé a una mujer que se encontraba allí junto, la mujer desapareció con el bebé y la historia estuvo bastante complicada.
Cuando mis hijos eran bebés trataba de salir siempre acompañada por lo que se pudiera ofrecer, pero en el caso de que tuviera que hacerlo, creo que en una situación muy desesperada haría lo siguiente: entrar al baño de discapacitados que es más amplio, y si no traigo carriola, o fular o portabebé para el pequeño colocaría su colchita en el piso bajo mucho papel higiénico y lo recostaría un minuto en lo que paso rápidamente, eso en un caso extremo.
Ahora con mis hijos de cuatro y siete años, seguimos pasando al baño de discapacitados los tres juntos, lo hacemos por turnos si es necesario, pero vigilados bajo el ojo de la madre, es mejor prevenir que lamentar.
Foto Cortesía Disney Babble Latinoamérica.
Post escrito por Any Fuchok y publicado originalmente en Disney Babble Latinoamérica.
¡Síguenos en Facebook! Da click aquí Mamá de Alta Demanda.