Si tú como yo sufres con las dietas, seguro piensas que hoy, justo hoy, es el día en que tienes que volver al redil con la comida saludable, porque la semana pasada el Día de Reyes cayó en lunes y no podíamos permitirnos no disfrutar la rosca, ver si nos tenía listo un niño Dios que nos protegiera con mejor suerte este año y por supuesto tener que invitar los tamalitos el día dos de febrero, día de la Candelaria. ¡Es increíble, la fiesta sigue!
Bueno, pues la verdad debemos que ponerlos las pilas y dejar a un lado los sabores de roscas, romeritos, pavo relleno, pierna hornada, ensalada navideña, dulces de la piñata… ¿qué me falta? Bebidas gaseosas, vino, ponche, chocolate y solo Dios sabe qué tantas cosas más tuvo que soportar el cuerpo durante la temporada del maratón Lupe-Reyes (del 12 de diciembre al 6 de enero).
La verdad es que yo lo extendí un poquito más y disfruté de otra rosca el sábado y alguno que otro placer como un helado en domingo. O sea, estoy como “gorda en tobogán”, como dicen por ahí.
No me atrevo a ir a la nutrióloga, la báscula ya la saqué del baño. La ropa sí me queda aún pero me doy cuenta que prefiero las blusas holgadas y el pantalón con el botón abierto. Eso me muestra muchos focos en amarillo que me dicen: “cuidado, cuidado, cuidado”.
Cuando comenzamos a preferir la ropa una talla más arriba de la nuestra algo no está bien y de verdad que es hora de ponerlos las pilas.
¿Pero cómo le hago?
Le decía a mi amiga Pamela Salinas que la verdad no soy fan del jugo verde: ni se ve bonito ni sabe rico. A mí que me preparen un jugo de naranja con fresas o, aún mejor, un licuado de plátano con chocolate. Ya si estoy en plan buena onda sí que me tomo un licuado de papaya solo con agua.
¿Por qué Diosito no me hizo más green? Que me gustara comer nopal, apio, toronja, berenjena… ¡ah no! Tenía que gustarme la piña, la manzana, la naranja… frutas que no veo me puedan ayudar a bajar de peso de manera saludable.
¿Sabes cuál es mi peso ideal? Y recalco mío, porque no sería mi peso saludable. Pues mi peso ideal serían 47 k; el saludable, si no mal recuerdo, 52. Esos 47 kilitos los tuve en mis días universitarios. Hoy, a 15 años de esa época y dos hijos pequeños, la báscula solo se ríe de mí cuando aspiro a que baje del 60 al cincuenta y algo… bueno, hace un año lo logré y bajé cuatro kilos; me sentía más guapa que Miss Universo; hoy tras comer como pelón de hospicio en las pasadas fiestas no sé cuánto peso ni quiero saberlo.
Lo que sí sé es que hoy comienzo una dieta y no bajo la supervisión de un nutriólogo, sino bajo la supervisión de mis ojos que bien saben definir lo que es bueno y malo para la salud y el espíritu. Comienzo con un detox y le diré adiós a los refrescos, el pan y la tortilla. Bienvenida de vuelta mi no tan amiga, el agua natural, así como mis amadas frutas y verduras. Ya te contaré cómo me fue.
¿Y a ti, cómo te va con la dieta de enero?
Foto vía
Post escrito por Any Fuchok y publicado originalmente en Disney Babble Latinoamérica.
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