ENTREVISTA: Pamela es una mamá al cubo @pamiparras

Cuando nos convertimos en madres llegan a nuestra vida alegrías que desconocíamos, el primer hijo se convierte en parte de nuestro centro y mundo.

Cuando llega el segundo hijo esa felicidad se multiplica, conocemos lo mejor de dos mundos y creemos que la vida no puede dotarnos de más felicidad… hasta que llega el tercer hijo y nos regala la felicidad infinita, algo así como la cereza en el pastel.

Hoy entrevistamos a Pamela Salina Parra, originaria de la Ciudad de México, mamá de tres: un niño de seis y dos niñas de dos y un año, periodista, ferviente admiradora de la crianza con apego, a favor de la lactancia materna prolongada, esposa y mujer excepcional.

Escribe en su blog Mamá al Cubo donde comparte su maternidad con lectoras de México y América Latina, ¡te invitamos a conocerla!

Define la palabra «madre»:
Las raíces. El origen de nuestra vida. El asidero emocional.

¿Que tipo de mamá quieres ser?
Uf. Quiero ser una mamá amorosa. Una mamá sonriente y feliz. Una mamá juguetona. Quiero ser esa persona a la que mis hij@s siempre puedan acudir sin importar el momento o la circunstancia. Quiero ser un recuerdo feliz y amoroso. Lo mejor de ser una mamá bloguera es saber que mis experiencias le pueden ayudar a otras mujeres, sin duda es la mejor parte».

 ¿Cómo te enteraste que ibas a ser mamá por primera vez?
Por casualidad, llevaba días sintiéndome “rara”, me sugirieron que me hiciera una prueba de embarazo, me hice un de farmacia y salió positivo.

¿Cómo te cuidaste en el embarazo?, danos cinco tips básicos.
Me gustaba hacer caminatas, a veces largas, a veces cortas.
Tomar una clase de yoga para embarazadas
Tomar clase de meditación
Beber mucha, mucha, mucha agua.
Comer bien, muchas frutas y verdura.

¿Cuál fue el mejor regalo de tus baby showers?
Un juego de champú para recién nacido; un paquete de toallitas de algodón.

¿Cómo fueron tu partos?
Mi primer parto fue por cesárea luego de que se me rompiera la fuente a la semana 38.
El segundo fue parto natural con anestesia. Fueron casi 12 horas de trabajo de parto, pero como ocho me las aventé en mi casa porque no estaba segura de estar en trabajo de parto. Llegué al hospital y nació en dos horas.
El tercero y último, fue natural, en agua y sin anestesia, con un trabajo de parto de dos horas.

¿Como eligieron los nombre de tu hijos?
Pues hicimos listas de los que nos gustaban y elegimos aquellos en los que ambos coincidíamos.

¿Cómo cambió tu vida tras ser madre?
Radicalmente. He  tenido que aprender a ser más serena, tratar de preocuparme lo menos posible. Dejé mi trabajo de periodismo para dedicarme a la crianza por completo. He puesto más atención en temas de salud y educación.
Me he tenido que volver una persona más positiva, buscarle lo bueno a la vida y sobre todo al futuro que a veces se ve negro en estas sociedades tan consumistas, tan individualistas, tan violentas.
He tenido que aprender a confiar en la gente y a confiar en mi. La maternidad me ha emponderado emocionalmente y socialmente. Ser mamá me ha dado la seguridad que nada antes me dio de saberme capaz de superar todo, me hecho entender que todo pasa, que nada es para siempre, ni los malos ratos ni los buenos. Que la felicidad se construye a cada segundo. Haber parido de manera natural me dio un impulso tremendo, me siento súper poderosa en todos los aspectos».

 ¿Cómo le expresas amor a tus hijos?
Los beso todo el tiempo. Los abrazo casi siempre sin una razón en particular. Procuro ser tolerante con los accidentes, procuro darles explicaciones para todo. Trato de ser empática en sus malos ratos y no engancharme.

¿Cómo reaccionas antes las dificultades de la vida diaria?
Eso depende mucho del momento, de la circunstancia. A veces puedo tomarme las cosas con calma y paciencia. A veces sí grito, pero nunca exploto.

Completa la frase: “Tener un hijo es…”
Un reto maravilloso para toda la vida, fuente de aprendizaje inagotable.

Dános un tip para controlar las rabietas.
Primero que nada no escalo el drama, es decir, si la niña está llorando o el niño está neceando, a veces sólo me quedo frente a ellos callada y mirándolos, ojo la mirada cuenta. No los repruebo ni los descalifico.
Si el problema es por algo que quieren y no se los puedo dar como un dulce o salir a la calle, les explico las razones en tono sereno y hasta dulce. Cuando insisten, me quedo callada, si se dejan los abrazo, sino sólo les digo que entiendo lo que quieren pero no se los puedo dar. Les doy opciones de comida o de juego o de película, a veces las toman a veces no. Como saben que cumplo lo que digo, el drama dura menos de cinco minutos. Porque les digo “cuando pase tu enojo me dices qué quieres”, me paro y me voy.
Pasando el drama, los abrazo y los beso. Y ahí murió la cosa.

¿Qué es lo que más extrañas de antes de tener hijos?
Nada

¿Que valores son los que consideras importantes transmitir a tus pequeños?
Amor, mucho amor para todo y todos. Respeto inamovible para cualquier persona. Tolerancia a lo que no nos gusta, lo que no entendemos y lo que nos molesta. Solidarida con amigos, familia, conocidos y desconocidos. La empatía y capacidad para ponerse en los zapatos del otro.

Fotos cortesia Pami Parras

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