Las lecciones que un hijo nos dá

Al convertirnos en padres aquirimos conciencia sobre la dificultad de educar y enseñar las cosas de la vida a nuestros hijos. Esa conciencia, que como adultos tomamos respecto a que los niños dependen totalmente de nosotros para sus necesidades básicas, se vuelve parte de nuestro día a día. Es así, que con los años vemos crecer a nuestros hijos, tan listos, tan simpáticos, ¡tan guapos! solo como una madre enamorada los puede ver.

Pero ¿qué pasa cuando de repente, los niños que apenas hace unos días les estábamos cambiando los pañales nos dan lecciones de vida? El momento en que esos seres magníficos llamados “padres” que parecían saberlo todo, se dan cuenta que aún tienen mucho que aprender de los mejores maestros: los hijos.

Tengo dos pequeños en casa, un niño de siete y una nena de cuatro años. El mayor es un adulto pequeño, al que la escuela se le da muy bien. En las últimas semanas me ha mostrado tres situaciones, en las que yo he tenido que aprenderle y agradecerle. Todo esto por el hecho de educarme con casi 30 años de diferencia entre él y yo.

Si bien, la educación de hoy logra que los niños estén más alertas a lo que pasa en el mundo moderno. Son ellos los que con su sabiduría infantil e inocencia, hacen que sus padres aprendan lecciones que ellos ya tendrán bien definidas para el resto de sus vidas, estos son tres ejemplos que les quiero compartir:

Lección #1 El plato del buen comer

Pobre de mí sí me quiero dar un gusto con un refresco con gas, porque me habla de todo el daño que hace en el cuerpo si lo tomo. Me habla de leguminosas, proteínas, grasas de origen animal y demás cosas que aprendí en mi adultez, y que él ve en su clase de segundo año de primaria. ¿Qué tal la jarra de la bebida saludable? ¿Sabían que existía? ¡Yo no! Es algo que mi hijo mayor me ha enseñado y que pude compartir con mis allegados. Me sentí muy orgullosa de él, su aprendizaje y sus ganas de llevar una vida saludable en casa.

Una tarde de fin de semana comimos un plato con carne, en la noche se nos olvidó lo que comimos y pedimos para cenar otros alimentos que incluían carne. Mi hijo muy serio dijo que el plato del buen comer no recomendaba eso. Nosotros como papás nos sentimos muy apenados, y con esto, ya tenemos en casa un “Policía del Buen Comer”. Lección aprendida.

Lección #2 Dejar el teléfono móvil

Soy una mamá moderna de pies a cabeza, mi teléfono celular es parte integral de las cosas que hago en mí día a día, resuelvo tanto situaciones de trabajo, como familiares. Cuando no tengo acceso a mi laptop, mi móvil es la extensión a todo lo que hago y dirijo como mamá y empresaria. ¿Pero qué pasa cuando tengo que hacer uso del teléfono en presencia de mis hijos?

He aprendido tras un reclamo de “no me pones atención por estar con tu teléfono” cuál es su verdadero lugar, dejar en claro que no es más que una herramienta de apoyo y así la debo usar. Cuando tenga la necesidad de utilizarlo con los niños presentes, deberán ser llamadas cortas y urgentes. Las pláticas de chats o navegar en redes sociales, quedaron para ocasiones en las que no interrumpa el valioso tiempo con los niños. Lección aprendida.

Lección #3 Valorar el esfuerzo de lo trabajado

Mi hijo tiene guardada una pequeña piñata que realizó con sus manos en el curso de verano, la piñata no va a ganar un premio por ser la más bonita o ser la más grande. De hecho ha estado guardada por varios meses sin que nadie la toque, ni el mismo, hasta hace unas semanas que le sugerimos ponerle dulces y romperla junto a su hermana menor.

Cuando le hicimos la sugerencia él se nos quedó viendo como si estuviéramos locos y nos soltó una frase: “Mami, ¿porque voy a romper mi piñata si me costó mucho trabajo hacerla? Quiero tenerla para recordar que me costó trabajo”. Casi le faltó anexar “¡En qué cabeza cabe!”. Nosotros entendimos que esa manualidad representaba para nuestro hijo, el valor a su esfuerzo, y no la rompería por un puñado de dulces. ¿Cuántos de nosotros como adultos le damos valor a las cosas que hacemos por más sencillas que parezcan? Lección aprendida.

¿Qué lecciones has aprendido de los grandes maestros que tienes en casa? ¡Cuéntanos!

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