Trato de analizar a conciencia cual es mi estilo -si es que lo tengo- y cómo funciona en mi vida diaria. Digamos que ser mamá cambió mi vida para siempre, y me pregunto qué sería de mi vida hoy si no hubiera tenido el par de enanos que me hacen una madre feliz y mujer completa.
Aún sigo buscando los adjetivos ideales, me trueno los dedos, cuando se trata de navegar en mi interior es cuando más trabajo me cuesta. ¿Qué es lo que me gusta? Narrar mis experiencias y mis opiniones, pero no me sale tan fácil el tener que explicar cómo soy, a donde voy y que pretendo, aunque suene a canción.
¿Cuáles son mis referentes principales sobre el ser mujer y madre? Principalmente mi mamá, quien con mucho amor me educó y crió durante 27 años en su casa antes de que emprendiera el vuelo. ¿Qué aprendí de ella?
A ser independiente, a no esperar que el hombre de la casa resolviera todos los problemas, pero también a hacerlo sentir su superhéroe a la hora de cambiar un foco fundido de la sala; a entender que los hijos no aprenden mediante a golpes de ganchos de ropa aunque nos gane el enojo muchas veces, a reunir a la familia mediante un rico almuerzo. Ser esposa, madre, hija, hermana y sobre todo mujer, ella es mi primera referencia.
Otra mujer grandiosa: mi hermana. A quien amo desde que tengo memoria, de la que conocí sus berrinches y fuerte carácter desde niña, claro que hoy ella se pregunta “¿cómo es que mi hija tiene ese carácter tan fuerte e incontrolable?”, bueno, las cosas de la genética son así, y en su aprendizaje maternal también tomará los consejos de muchas otras mujeres.
Grandes mujeres
Mi grupo de heroínas: mis tías, cinco maravillosa mujeres con diferente estilo pero el mismo corazón. Son inteligentes, con criterio, simpáticas, desprendidas, unidas, confiables, amorosas y pendientes todas ellas de cada integrante de la familia, fortalecidas en amor a Dios y alrededor siempre de quien les dio la vida, mi abuela, su gran roca y ejemplo.
Es aquí donde siempre digo que si tengo algo de que presumir es de familia y ella son un gran referente todos los días.
En la búsqueda del estilo que me defina sigo pensando que lo más inteligente es tomar lo mejor de cada persona que conozcas, nutrir tu espíritu de buenas acciones, acompañar tu alma del amor y de los consejos que te puedan dar las demás personas que con sabiduría han aprendido a surfear en este mundo tan complicado.
Pensando en mí…
Y como sigo pensando que etiquetarme no es lo mío, tuve que hacerle esta pregunta a este grupo que me ha visto de niña, convertirme en mujer y ahora en madre, y esto es lo que obtuve:
Mi mamá dice “eres una mamá moderna, acorde con el tiempo que te tocó vivir, ya que la tecnología que hay en estos momentos te ayuda a tener una mejor opción para poder discernir los conocimientos de manera globalizada con otras personas”, lo agradezco.
Mi hermana opina que soy muy dedicada a mis hijos, que me informo de cómo ser una mejor mamá y que cómo mujer sacrifiqué mi carrera por formar mi propia familia. Una de mis tías considera que soy moderna y a la vez conservadora.
Ya de pilón, mi esposo considera que soy una mamá contemporánea, con conocimientos de crianza y educación, informada, tecnológica, con gusto por la moda… ¿cómo no sentirme afortunada con ello? Soy feliz de ser mujer, soy feliz de completar mi vida con la bendición de ser mamá.
¡Feliz día!
Foto: Flickr/allyaubry
Post escrito por Any Fuchok y publicado originalmente en Disney Babble Latinoamérica.
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