Una de las cosas que más me gusta como mamá es que mis hijos coman variado y suficiente, que en su plato tengan ricas opciones para alimentarse, que les guste a ellos por su sabor y que me guste a mí porque sea nutritivo.
Ya sé que suena como uno de esos sueños de mamá querer todo lo que se llevan a la boca sea saludable, pero siempre podemos mediar para que ellos y nosotras estemos de acuerdo a la hora de elegir qué comer.
Mis hijos, aunque disfrutan de la comida hogareña, a veces quieren probar nuevos sabores, y en ocasiones piden comida chatarra, que tiene cero nutrición y muchas calorías. ¡Qué complicado es decir siempre que no!
¡Por eso puse manos a la obra! Hace unos días retomamos la plática del plato saludable en casa y por qué es importante que los niños la conozcan y la practiquen con las porciones exactas que allí nos enseñan. Verás que si esta charla la tienes de manera eventual con tus chicos, les quedará claro la diferencia de comer fruta fresca a comer un postre procesado.
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