¿Comer en restaurant con bebés? ¡Tarea titánica!

Tenemos costumbre que todos los domingos por la mañana salimos a desayunar a algún restaurant, el fin de semana mamá descansa de la cocina y papá la consiente comiendo fuera. Así lo hacemos desde que nació mi hijo, y que orgullo sentíamos al ver lo bien que se portaba… pero ahora… ¡es una tarea titánica convencerlo que se quede sentado!

Que lejanos se han vuelto esos tiempos donde se quedaba quieto en el portabebé, o cuando empezó a comer sólidos y empezaba a disfrutar de la silla alta (trona o periquera), siempre con sus ojitos atentos a todo lo que pasaba a su alrededor.

Ahora es un show sentarlo en las periqueras de los restaurantes, hay que distraerlo de mil formas: dándole pan, contando las luces en el techo, jugando con la cucharita del café, llevándole un juguetito, en fin… adiós al pequeño ángel, bienvenido el pequeño tornado.

Recuerdo como mis papás contaban la historia de mi hermana, cuando ibamos a comer a uno de los restaurantes favoritos de la familia y ella pequeña, entre los tres y seis años, siempre, pero siempre, tenía que derramar el vaso de jamaica en la mesa, ya ni se enojaban, era como de cajón la travesura. Casi siempre era por la torpeza de sus tiernas manitas tratando de agarrar una papa frita o quizá tomar el vaso de refresco por ella misma.

¿Será que todas los papás pasan por lo mismo con los niños en la mesa? ¿Aplicas?

Foto Vía

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2 Comments

  1. Anonymous at

    osea hermana!!
    no me hace nada de gracia que cuentes mis insidentes!!!
    jejejeje obvio que era xq mis manitos estaba chiquitas y los vasones que daban en leo pues era logico que se derramara, en fin si cuentas el chisme que sea completo eh!
    jejeje adioooooooos
    Chela 😀