Hace unos días mi esposo, mi hijo y yo aprovechamos para ir a la blanca Mérida en México. Fue el primer viaje en carretera de mi bebé. La pasamos genial aunque solo fue el fin de semana.
El sábado estuvimos en casa de mis tíos, quienes nos invitaron a comer. El domingo nos enfilamos rumbo a Progreso solo nosotros tres, donde hay una playa muy bonita
Estábamos muy entusiasmados con llevar a nuestro bebé, porque su primer acercamiento al mar fue en Miami Beach, pero esta sería donde disfrutaría de la arena, el sol y el mar porque ya tiene más conciencia de lo que hay a su alrededor.
El agua estuvo fría pero metió los pies. También estuvo en la arena y yo como «mamá gallina», cuidando que no se llevara las manos con arenita a los ojos. Más tarde tomó un paseo en los hombros de su papi, quien también la pasó feliz junto a su «cachorro». Benditos sean los puentes y los «fines de semana largos», ¿a poco no? No me puedo ir sin mencionar los cuidados del bebé en la playa:
- Seleccionamos una crema con factor de protección solar de 50. Es especial para lactantes, para bebés o niños pequeños, que en realidad tiene las mismas sustancias químicas que las usadas en los productos para adultos y aportan el mismo grado de protección que estos. La única diferencia es que están formulados con una base más suave y no están perfumados.
- Y otro buen punto fueron los pañales desechables para la playita, Huggies Little Swimmers, ya que no se inflan ni se deshacen en el agua, parecen trajes de baño, ajuste perfecto en cintura y laterales con barreras anti-escurrimiento para evitar pipí o popó. Ni que decir que están lindos porque tienen personajes de Disney.
- Mucho líquido para que el calor no lo agobie, primera opción: ¡teta!, segunda: agua, tercera: juguitos; y claro, llevarle fruta fresca por si les da hambre.