Mi hijo dice groserías, ¿qué hago?

Tengo una amiga muy querida que cada día ve más complicado el poder controlar a su pequeño hijo. Este chico es una maravilla: cariñoso, juguetón, responde como niño grande y sorprende por su forma tan despabilada de salir de dudas o conflictos, es de esos niños que tienen el carácter de un chico mayor.

Por otro lado, busca muchas actividades físicas, “es incansable” -dice su mamá-, pero lo que la tiene preocupada últimamente, es que el chico ha comenzado a decir groserías dentro y fuera de casa, como si fuera una gracia y es por supuesto, algo que ni a ella ni al papá del niño les gusta.

De inicio lo más importante, es no reírse de lo que dice como si fuera lo más chistoso del mundo, puede parecerlo al ver a alguien tan pequeño decir semejante palabrota, pero lo que hacemos es celebrarlo y que lo siga repitiendo. Checa estos consejos que seguro te servirán si estás en este dilema:

  • Evita decir groserías en casa, ¡ni tú, ni tu esposo! Porque al rato ¿Cómo le vas a pedir a él o ella que no las diga si las escucha a diario de la boca de los seres que más ama?, ¡Mamá y papá lo hacen! Así que ojo.
  • Ignóralo, haz como que no dijo nada y verás que pronto se le olvida, a veces no haciéndolo grande funciona.
  • Otra idea es que en vez de decir la palabrota use palabras diferentes para sacar su enojo como “rayos”. A mí me funcionaba el de “salchichas cuadradas”, era de una de las caricaturas de la televisión y luego hasta esa se le olvidó. ¡Dale el giro!
  • Explicarle que los niños no dicen groserías, pueden funcionar para niños más grandes. Puedes decirle también que a mamá la pone triste escuchar palabras feas de su boca y verás que no querrá hacerte sentir mal y cambiará su comportamiento.
  • Pregúntale dónde escuchó esa palabra que solo dicen los adultos. Si fue en casa o en la escuela, y si es en lo segundo coméntalo con su maestra para que se ponga las pilas en su salón.
  • “¿Sabes lo que significa?” Puedes preguntarle. La respuesta te apuesto sería “No”. “¿Bueno, entonces porqué la repites, no es graciosa”. A lo que sigue sin hacer mucho drama.

 

Que los niños digan groserías puede resultar gracioso, pero en los padres queda la educación que deseamos brindarles a nuestros pequeños.

Foto: vía

Post escrito por Any Fuchok y publicado originalmente en Disney Babble Latinoamérica.

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