6 valores que aprendemos al tener hermanos

¡No se que sería de mi vida sin mis hermanos! Junto a ellos viví momentos inolvidables de mi niñez y en equipo aprendimos muchas cosas buenas de nuestros padres que intentamos transmitir a nuestros propios hijos.

Aunque ahora ya somos adultos y nos vemos menos que cuando vivíamos en la misma casa familiar, el cariño de hermanos siempre estará allí, y es que la vida sigue y todos tratamos de llevar de mejor forma nuestro camino aunque con los errores que cometamos en la ruta a la felicidad.

Cuándo tuve a mi primer hijo pensé en la posibilidad de criar a solo un hijo, sentí que podría ser una gran experiencia el dedicar todos mis esfuerzos a un solo chiquillo, el cual amaba con todo mi corazón, y con esa idea fuí feliz el primer año de su vida, hasta que llegó su primer cumpleaños…

Volví a tocar con mi esposo el tema, “¿y si barajábamos la posibilidad de otro bebé?”. El es hermano mayor de tres, yo también hermana mayor de tres, los dos vivimos momentos hermosos con nuestros hermanos, entonces ¿porqué le íbamos a negar la experiencia de vida a nuestro hijo de tener un hermanito o hermanita?.

En ese momento no nos embarazamos si no hasta el segundo cumpleaños nos aplicamos a buscar un nuevo bebé, y nueve meses después llegó mi princesa, y hasta hoy son los hermanos mas cariñosos y felices del mundo.

El tenerse uno a otro les ha dado habilidades emocionales que hacen que en la convivencia del diario se entretengan juntos y aprendan de valores importantes, que si bien se los hubiera enseñado a un hijo único, el hacerlo entre hermanos siento que me ha funcionado perfecto.

Crecer con un hermano es crecer con un apoyo

Ser mamá de dos es una gran experiencia de vida, verlos crecer como hermanos me ha hecho saber que siempre estarán allí apoyándose si uno tiene un problema en la escuela o una gran alegría que compartir.

¿Qué aprendí yo y que aprenden mis hijos al tener hermanos?

Cooperación: Aprenden que hay cosas que tienen que hacer juntos como recoger los juguetes tras jugar, a que si ayudan a poner la mesa comen más rápido, que en pareja pueden elegir que película ver el fin de semana.

Empatía: Juntos aprenden la importancia de ponerse en el lugar del otro, crece en su interior el hábito de pensar en los demás.

Competitividad: También hay una lucha por hacer reír más a mamá, por hacer más rápido la tarea, por que le concedan más tiempo de televisión. El “porqué a mi hermano si y a mi no”, no está mal ser competitivo pero de manera positiva sin pelear.

Negociación: El ponerse de acuerdo hasta para hacer travesuras es algo clásico entre hermanos, pero también las cosas buenas como compartir a partes iguales un postre o ayudarle en alguna tarea a cambio de algo.

Tolerancia: Qué si llora mucho, que si no quiere jugar con él, ¡que si la hace reír todo el tiempo! Aprender que nuestros hermanos son como son aún con las cosas que no nos gustan.

Compartir: Tratar de darles el mismo tiempo de uso de un juguete favorito de ambos, y que a la vez ellos entiendan que los amamos igual y que no se tiene preferencia por uno de ellos. Comparten padres, casa, escuela, familia, etc.

¿Para ti cuál crees que es la mejor experiencia de tener hermanos? ¡Cuéntanos en los comentarios!

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